Desde que hace unos días el presidente Rajoy anunciaba a los ciudadanos que España ya había dejado atrás la crisis y que para él la crisis es historia, no he dejado de preguntarme cuán pronto los políticos que nos gobiernan “pasan a la historia”, ponen en el pasado los hechos que aún pertenecen al presente, a un doloroso presente que cientos y miles de personas viven cada día.
Como defensor del Ciudadano me encuentro a cada momento con una realidad en Canarias, para ser exactos, que aún está muy lejos del estado de bienestar que desearíamos y que todos aspiramos a tener. Como persona en contacto con los colectivos más desfavorecidos de esta sociedad, aún puedo ver a cientos de ciudadanos en Tenerife que tienen que acudir a los bancos de alimentos para poder dar de comer a su familia; aún, y esto me lo indicaba hace unos días el presidente de Cáritas Tenerife, Leonardo Ruíz del Castillo, hay nuestro archipiélago cerca de un 33 por ciento de las personas viven en el umbral de la pobreza (frente al 27 por ciento que hablan las cifras en España), de los cuales un 36 por ciento son niños, que sufren las consecuencias de una crisis que aún no ha despuntado.
Me pregunto en qué datos se basa el presidente Rajoy para indicar con tanto optimismo que la crisis ya es historia. Tal vez el maneje datos que desconocemos el resto de los ciudadanos o, tal vez, Mariano Rajoy desconozca los datos que conocen millones de ciudadanos en este país, no porque nadie se los haya contado, sino porque forman parte de esa desoladora realidad: más de un millón setecientos mil hogares en España tienen a todos sus miembros en el paro, y se han producido en nuestro país más de 400.000 desahucios y siguen aumentando, por citar algunos datos.
Desde luego que puedo entender los motivos que impulsan a nuestro presidente nacional a asegurar que la crisis es historia, pero negando la realidad no vamos a lograr que las personas en paro de larga duración encuentren trabajo; que los niños más desfavorecidos vivan en un hogar con garantías; que las personas sigan perdiendo sus hogares... La verdad por mucho que se niegue sigue siendo verdad, y quienes la conocemos y la percibimos a nuestro alrededor lo que nos queda es no tener en cuenta palabras de optimismo excesivo y seguir luchando por lograr que los políticos, locales, autonómicos y Central, que nos gobiernan tomen las decisiones y las medidas adecuadas para que la situación de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad vaya mejorando poco a poco. Como defensor del Ciudadano, personalmente, seguiré mirando la realidad de cara y exigiendo que las decisiones políticas que se tomen tengan en cuanta esta realidad y que quienes nos gobiernan no olviden que para miles de ciudadanos la crisis es “la terrible historia que viven cada día”.
José Luis Langa González
Abogado y defensor del Ciudadano (CCN)
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