Como se sabe nací en Madrid y llevo muchos años residiendo en Canarias. En esta tierra están mis hijos y han nacido mis nietos y bisnietos.
Mis sentimientos se confunden y comparten entre la tierra donde nací y aquella que será testigo de mi último adiós.
Desde antes de ayer una de las Islas que conforman este archipiélago, la llamada Isla Bonita ha sido ataca por un virulento fuego.
Se combate por tierra, mar y aire, para evitar que se extienda y queme parajes insólitos por su belleza.
En la Palma, existe el observatorio astronómico, donde se contempla con más nitidez el cielo. Ese cielo donde se dice que el camino más corto para llegar es desde Madrid; pero a ese dicho debe hacerse una matización, pasando por LA PALMA.
Madrid es la ciudad más masacrada por el Covid 19 y La Palma concretamente Garafia por el fuego.
Hoy tengo una sensación de profunda tristeza, pero estoy seguro que pronto se trasformará en alegría.
La Palma llora y yo con ellos.
He tenido y tengo, el privilegio de haber vivido en dos lugares que me han dado lo mejor que tienen y con los que siempre tendré una deuda.
Madrid una ciudad abierta y acogedora. Canarias, entrañable que al contrario de lo que la historia dice, he sido conquistado.. sobre todo por sus gentes.
Esta pequeña reflexión tiene nombre y apellidos en su dedicatoria.
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