En pleno siglo XXI la relación de pareja no necesita materializarse en documentos que la reconozca de cara a la sociedad.
A esta situación se la denomina "relación paramatrimonial". Sustentada en el amor. Palabra
que se basa en los sentimientos.
Sensación indescriptible, profunda y que si es auténtica durará toda la vida.
No obstante, existen parejas de profundas convicciones religiosas que necesitan materializarla con la celebración sacramental de la boda.
Lo comprendo, respeto y comparto, aún a riesgo de que me llamen "carca". Pero también comprendo y respeto a quienes entiendan que ese acto es puramente ornamental sin otro significado.
Y qué sucede cuando en la pareja uno o una es partidario de contraer matrimonio y el otro se hace el "remolón"?
Mi opinión es que en este caso debe triunfar el Amor como juez supremo.
Este guiará en su cadencia diaria realizar lo que puede hacer más feliz al otro.
Una vez más el ganador será el AMOR
José Luis Langa